Quienes sostienen que la impresión 3D constituye una tercera Revolución Industrial afirman que para serlo realmente debe lograr ser un método de manufactura que proteja al medio ambiente en la mayor medida posible.
El concepto conocido como ecoinnovación está en boca de cada vez más empresas para dar respuesta a las tendencias actuales y a las necesidades de los clientes. CIFP San Jorge centra cada vez más esfuerzos en el diseño ecológico, mediante la apuesta por los materiales reciclados y la eliminación de las sustancias tóxicas de sus procesos de enseñanza, con el objetivo de trabajar de forma responsable y en la línea de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Desde el punto de vista ambiental, la impresión 3D es favorable en cuanto a los materiales en dos aspectos. Por un lado, por la composición de los materiales en sí mismos. Y, por el otro, por la cantidad de material usado para la producción.
Una ventaja de la impresión 3D en cuanto al ahorro de materiales es la producción de piezas sin necesidad de crear los moldes utilizados en la producción “tradicional”.
Por otro lado, la manufactura aditiva puede producir piezas un 50% más ligeras que otras técnicas de inyección en moldes, lo cual es de suma importancia en la industria automovilística y espacial, pues un menor peso se convierte en un ahorro de combustible durante la fase de uso, y esto a su vez se traduce en menor cantidad de emisiones, que pueden ser del orden de cuatro veces menor